Dante y Virgilio caminando en el infierno, testigos del sometimiento del hombre que devora al hombre hasta desaparecerlo. Y que olvidando a la mujer, tiempo atrás sometida por la serpiente en una cosmovisión putrefacta, que convirtió en permanente la presencia de sus más infalibles guardianes: la guerra, el hambre, el rey y la muerte, para rendirnos y subyugarnos, y distraernos.En la ficticia diversión del juego de video, nace a cada instante un nuevo infierno que abraza a los niños en su virtual tecnología, confirmando "A la generación del Clic", inmóvil de cuerpo, cliclando, petrificado, en la mente por el computador, suspendido en el tiempo, vagando, recorriendo sus niveles, hasta salir de él, repitiendo los mismos pasos y cliclando los mismos botones, hasta el final, dormidos por la realidad virtual, duermen ya agotados por el juego, los dulces niños, soñando su nuevo infierno digital.
